el eclipse parcial


Los eclipses parciales son la mejor representación de lo que son nuestras relaciones con los demás. Es difícil precisarlo, pero lo mejor que tenemos es donarnos sin oscurecer nuestro sol.
Nuestras relaciones son eclipses parciales porque no nos funciona ser oscurecidos por una presencia que aunque nos haga compañía, nos tapa toda la proyección de nuestra luz.
Se trata de donarnos no de regalarnos por un poco de querer, lo que es igual a afirmar que nadie quiere sentir como su vida es consumida por la presencia de alguien que con su personalidad no deja nada para uno mismo.
Se trata de no dejar secar la fuente de vitalidad, de no abrir por completo en baúl de sorpresas, de no agotar todos los argumentos interesantes que tengamos. Es dar y también cuidar de lo que poseemos, algo así como administrarlo.
El eclipse parcial tiene un espacio en común en donde se relacionan las dos esferas, en ese espacio es donde volcamos nuestra creatividad, nuestro amor, nuestra ciencia, nuestra vida; y queda aun mucho espacio por conocer de ambas esferas, ese es el punto y la aventura del eclipse, que nada se agota con el encuentro, sino que de lado y lado hay mucho que conocer todavía

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