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Mostrando entradas de septiembre, 2011

no eres tú, soy yo....

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Aquí estamos en medio de tanta movilidad social, despertando una nueva forma de ser, ser distinto no es captado tan fácilmente, porque no es hacia afuera, es hacia el interior, no es que sea por alguien es que así somos, no eres tú, soy yo. "LA SOCIEDAD piensa/dice": "NOSOTROS pensamos/decimos" "Ayyy que calor hace": "ya te quedan pocas horas sol, mañana lucharemos de nuevo" "Estoy aburrido": "vamos a caminar, vamos a jugar a arreglar las camas o el closet" "Rezar no vale la pena": "Dios igual te ama y te ayuda" "No juegas (bailas) bien": "es mi estilo complicado, doy pases para probar la dificultad de los otros" "No entiendo lo que explicas": "jajajaja, yo tampoco" "Nadie explica mejor que usted": "conoce a muy pocas personas" "no puedo llegar hasta allá": "¿quién dijo, eso...?" "Dios me castigó": "tranquilo, Dio

la compasión

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Una de las grandes preguntas de la espiritualidad es aquella que nos viene cuando necesitamos unirnos más a Dios en medio de la realidad temporal y no encontramos camino alguno, la pregunta sería: ¿cómo imitar a Dios en mi vida? Cualquier persona puede describir su experiencia personal de cómo es vivir en Dios, pero en el mundo cristiano tenemos muchas herramientas, para vivir una acertada espiritualidad, destacando que el centro de la espiritualidad es imitar a Cristo, lo más notable y lo que más necesitamos durante estos desenfrenados tiempos, es vivir la compasión. La característica más resaltante del sacerdocio de Cristo esta descrita en la carta a los hebreos, ciertamente el sacerdocio de Jesús es litúrgico, y mediante la liturgia aceleramos la venida de la plenitud de los tiempos. Sin embargo, la liturgia y en general, el ministerio de Jesús en nosotros sus amados hermanos, se puede sintetizar en una clave espiritual: vivir la compasión, " Durante su vida mortal, Cristo ofre

el nuevo profetismo

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El profetismo es la fuerza de Dios en medio del pueblo, en el antiguo Israel, el profetismo se concibió como una promesa de Dios para su pueblo (Dt 18, 15-22) pero sobre todo es la estadía especial del Espíritu Santo en medio de los hijos del Padre. El antiguo profetismo reveló el rostro celoso de Yahvéh, en palabras duras hacia el pueblo rebelde y que no bajaba la cabeza. Pero en los últimos tiempos el nuevo profetismo reveló el verdadero rostro de Dios que es Padre nuestro (Mt 6,4; Mc 14, 36) Un Padre que no está lleno de ira por sus desgraciados hijos, sino que es los cura en el momento difícil y los llena de amor en su corazón. El nuevo profetismo es llenar de esperanza en el Amor a todos los que escuchen la palabra inspirada, ciertamente: " si tu hermano peca, llámalo en secreto" (Mt 18, 15) pero no se trata de hacer condenas porque caemos en hacer juicios, el verdadero profetismo es recordar quien es la fuente del amor verdadero, recordar que lo más importante es s