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Mostrando entradas de julio, 2011

Eres tu interior, no lo que sientes.

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No somos lo que podemos sentir en un instante, no somos odio, no somos envidia, no somos rabias, no somos lujuria; somos hijos de Dios que buscamos ser cada vez mejores. Conocer el corazón del Padre tiene que ser la meta de cada hijo, dado que en el corazón del Padre se encuentran respuestas a los dramas cotidianos que cada uno de nosotros puede vivir, porque: ¿cómo es posible que siendo tan buenos nosotros, podamos sentir cosas tan malas? porque somos humanos, y Dios sabe eso, que buscamos amarle así sea con tanteos. El autorechazo es uno de los castigos más severos que nos podemos proporcionar nosotros mismos, lo cual se encuentra muy lejos del corazón del Padre Bueno, aquí está un buen ejemplo del corazón palpitante de amor del Padre: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?» Esto lo decían para tentarle, para tener de qué acuasarle. Pero Jesús, inclinándose, se puso a escribir con el dedo en

Levántate y regresa

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Tenemos muchas personas a nuestro alrededor que se agobian pensando que al final de sus días estarán sofocados por juicios, imputaciones y malos tratos, por tal motivo no conocen al amor, y hasta le temen y huyen, profundizando más su dolor. Llegará un tiempo y ya se acerca, en donde los miramientos, las mentiras, las injusticias y los lamentos se acabarán, porque poco a poco entenderemos que el Corazón de Dios es muy distinto al nuestro, y mientras en el presente nos aferramos a juicios y sentencias, en el fabuloso futuro se encuentra Dios dando sus lecciones de paciencia. Aquel muchacho que se fue de la casa de su padre y malgastó todo su dinero en placeres, el cual se parece a muchos de nosotros, tuvo una grandiosa reacción, en medio del dolor de su propia condición (porque la desdicha más grande es saber que nos alejamos de la fuente del Amor) y consistió en que salvó lo poquito que le quedaba en su corazón del amor recibido de su padre, y "se levantó y se dirigió a que su pad

el riesgo

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Algunos se lanzan en paracaídas, otros alcanzan velocidades extremas, mientras que a la par algunos engañan, roban y disparan sus armas, porque simplemente quieren sentir el aliento de lo extremo, quieren sentir el riesgo, una sensación que nunca les alcanzará como suficiente. El riesgo en su sentido verdadero, es aquel impulso por hacer lo que manda el corazón, y más aún, en un corazón lleno de Dios, los riesgos son grandes, no basados en velocidades extremas o lanzamientos desde las alturas, están basados en la búsqueda de la sencillez, de la humildad sin fingimientos, de la pureza de intensiones, del amor desinteresado, de la entrega generosa. El riesgo entendido de esa forma es complicado de calar en las personas que no conocen el verdadero Amor incondicional de Dios, porque pensar en "riesgo" es dirigirse a aquellas situaciones donde todo se puede mandar a la borda con mentiras, donde la vida corre peligro; pero es muy distinto correr el riesgo desde el Amor de Dios, por