el sacerdocio es una bendición


Así como salen muchas noticias de un número bien determinado de sacerdotes que hacen mal su trabajo, es preciso recordar a los tantos miles que lo están haciendo muy bien y con aires de santidad.
El sacerdocio es heredero de la promesa hecha a los apóstoles por parte de Jesús, recordemos sus palabras "JESUS DIJO: USTEDES SON MIS AMIGOS, SI HACEN LO QUE YO LES MANDO.
YA NO OS LLAMO SIERVOS, PORQUE EL SIERVO NO ESTA AL TANTO DE LO QUE HACE SU AMO; LOS HE LLAMADO AMIGOS, PORQUE TODO LO QUE A MI PADRE LE OI DECIR SE LO HE DADO A CONOCER A USTEDES.
NO ME ESCOGIERON USTEDES A MI, SINO QUE YO LOS ESCOGI A USTEDES Y LOS COMISIONE PARA QUE VAYAN Y DEN FRUTO, UN FRUTO QUE PERDURE.
ASI EL PADRE LES DARA TODO LO QUE PIDAN EN MI NOMBRE.
ESTE ES MI MANDAMIENTO QUE SE AMEN LOS UNOS A LOS OTROS.
JUAN 15: 14-17."
El ministerio de los sacerdotes tal como lo conocemos hoy está muy cuestionado y difamado por los medios de comunicación, pero esa no es la totalidad del sacerdocio. También tenemos que hablar de los sacerdotes que visitan a los enfermos en los hospitales sobretodo a los moribundos, que en el ocaso de sus vidas dicen: "gracias Padre" y parten felices para la eternidad; hablemos de aquellos que se la pasan de empresas y empresas buscando fondos para mantener sus comedores para niños, los que ayudan con medicinas a sus fieles más necesitados.
Recordemos aquellos que organizaron nuestros pueblos, y cuando nadie sabía hacer plazas, construir escuelas y paremos de contar.
Recordemos aquellos sacerdotes que pasan horas en sus parroquias confesando a los arrepentidos o atendiendo en sus despachos a los atribulados; pensemos en los preparan para la primera comunión a los más pequeños de nuestras casas.
Recordemos a los sacerdotes, que siendo iguales a nosotros prometieron guardarse en celibato, para depender amorosamente de Dios y de su profundo Amor.
Habría que decir que no vale la pena creer que el celibato los vuelve locos (Homosexuales o pedófilos), tendríamos que pensar en ellos que están necesitados de nuestro amor y comprensión, y recordarles a su vez que su ministerio se enriquece día a día de la oración y de la misericordia.
Ahí están en sus parroquias orando por sus compañeros de camino y por las familias que les piden ayuda, en los colegios, en las universidades, algunos llegaron al final de sus vidas con un rosario en sus manos y con una sonrisa en los labios.
Por muchas razones más el sacerdocio ministerial es una bendición.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Despues de un largo viaje, regreso.

preguntas al atardecer

el fastidio