abre tus ojos


Hace poco veíamos sus edificios conmemorativos, que ya están sepultados en medio del mar de edificios, y hasta a sus siervos vestidos con hábitos por las calles, las grandes pinturas nos han dejado algunas pistas de su paradero, y cuando hablan del amor intentan bordearlo, lo peor es que... a muchos le da pena pronunciar su nombre. las personas se han olvidado de Jesús.
Ahora la situación es mas complicada, ya nos acostumbramos a no buscarlo, y hay que abrir los ojos para encontrarlo, hay lugares clásicos donde nos espera, pero pocos acuden.
Ahí está, en medio de los que no tienen trabajo y buscan comida para su familia, se mueve entre las calles con los estudiantes que anhelan superarse, se encuentra en los pasillos de los hospitales pidiendo atención, lo oyen cuando alguien llora entre sus almohadas dado que las cosas no van muy bien, camina con los esquizofrenicos, consuela a los ancianos abandonados, y acaricia a los hijos que ven pelear a sus padres, acompaña los solitarios, y bendice a quien ama.
Pasa lo siguiente, no es espectacular su presencia pero si es humilde y casi imperceptible, lo que hay que hacer es abrir bien los ojos, no sea que pase y no lo atendamos.
Si la vida fuera entendida como un reto, el premio máximo seria encontrarlo y disfrutar de su compañía, de momento lo seguimos viendo caminar por ahí, construyendo un mundo mejor y pidiendo nuestra ayuda.
"cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis" (Mt 25,40)

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