la copa del dolor

Una cosa está clara al leer este texto: "Así, pues, todas las veces que coman este pan, y beban esta COPA, anuncian la muerte del Señor hasta que él venga (1Co 11, 26)" De la copa de la alegría es justo hablar, pero comencemos hablando de la copa, del cáliz del dolor, ése que se encuentra en la mesa de todos nosotros y que igual tenemos que tomarlo hasta el fondo. La copa del dolor es aquella que sabe amarga, que nos duele una vez que entra en contacto con nosotros aunque sin ella, la dulzura de la alegría no podría saber igual. Cuando era niño me tocó cuidar de mi abuela Aurora, y de ese modo, todo lo que se refiere al cuidado de una persona inválida que puede ser muy pesado para un niño, en mí estaba la mezcla de quererlo hacer y salir corriendo a jugar en esas cuestiones de infantes. Limpiar, ordenar, trasladar, conversar y hasta cumplir las órdenes de ella, era parte de mi labor como el nieto mayor en una casa en donde todos trabajan, era una copa de compromiso la mía, e...