un milagro a la vez


Nadie quisiera escapar de tan sorprendente momento, cuando la gratitud y la máxima entrega se hacen una sola cosa, en ese momento brota un “milagro”
En otro momento pudimos haber dicho que para que un milagro se concrete, hace falta poner de nuestra parte y que Dios se encarga de la otra, pero de lo que ahora se trata es de ser nosotros los artífices o las filiales de los milagros de Dios en la tierra.
Elías pidió confianza y a la viuda nunca más le falto aceite y harina, Jesús pidió fe y los ciegos vieron, los cojos anduvieron y todos comieron de aquel fabuloso y multitudinario picnic en las orillas del lago de Galilea.
Pero ahora se trata de nosotros, de ayudar, de ver el rostro de agradecimiento y a su vez, de disfrutar de la cara de asombro al ver que otros no puedan comprender nuestras “tonterías”.
Llega alguien que sólo tiene para pagar medio plato del día en el restaurante, yo pongo lo demás; el vecino colocó la basura cerca de mi lugar, yo la coloco tanto la de él como la mía en el lugar por donde pasará el aseo urbano, un familiar grita de rabia, yo no contesto; tuve una mala noche, en mi trabajo nadie tiene que pagar las consecuencias; me provoca hacer algo distinto, hazle el bien a un necesitado.
Son tantas las herramientas para trabajar en esta tarea: abrazos, sonrisas, una palabra amable, dar los buenos días, mencionar siempre a Dios; lo cierto es que tenemos muy poco rango para desfallecer.
José Luis Martín Descalzo, quien fue un escritor genial, hace tiempo atrás nos impactó al proponer 24 maneras de amar, son formas sencillas de demostrar amor a los demás, claro sin esperar un cien por ciento de éxitos a cambios, pero hoy, vamos a hacer un decálogo para hacer un milagro cada día, se trata de 10 proposiones que nos servirán para ser agentes de Dios en nuestros ambientes, y por qué no, cambiar el rumbo de las cosas:
1. Regalar un aspecto de agradecimiento cada mañana, arreglarnos y sentirnos bien, así estemos llenos de dolencias.
2. Escuchar sin desespero a todos los que nos soliciten, siempre hay tiempo.
3. Ser prestos para ayudar en el cumpleaños de alguien, así nos caiga esa persona de la patada.
4. Bailar con la menos popular del grupo, o del lado femenino, con el menos popular.
5. Tratar bien al anciano, así sea malgenioso, en ese caso seguir tratándolo bien pero tomando precauciones desde la distancia, ya habrá un momento para ganarle a su resistencia y tratarlo de cerca.
6. Hacer reír a un niño que está enfermo, o que su papá o mamá le haya dado un regaño. Preparar una partida decembrina para hacer de “niño Jesús”.
7. Orar siempre a Dios por el mundo entero, por la patria, por la familia y por los que nos piden ayuda.
8. Mencionar a Dios en nuestras frases de uso común, no decir grocerías.
9. Recordar que siempre es bueno dar el puesto a las embrazadas, ayudar a cruzar la calle a algún niño, respetar las señales de tránsito.
10. No pasar por selecto en la escogencia de amistades, hablar con todos, siempre se podrá hablar de fútbol, del bienestar del país, de cómo hacer cambiar las cosas, de la universidad, de la familia; y siempre recordar dar las gracias para todo.

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