la concordancia

Es una de las artes vitales más difíciles de lograr, y siendo una de las más difíciles se ha tratado de ocultarla, de tal modo que al ejecutar su acción implícita, se piensa en la concordancia como una de las tareas más complejas que tiene cada ser humano. En primer lugar: se entiende por concordancia a una característica de algunas lenguas flexivas capaces de manifestar la relación existente entre dos o más miembros de una cadena lingüística mediante la igualdad de ciertos morfemas gramaticales. En castellano actual concuerda en género y número el nombre con el adjetivo: las casas altas. Luego, por "concordancia" a aquella conformidad de coincidencia o armonía entre dos cosas, una especie de armonía interior y exterior de la persona. Concordia significa para nosotros, igual que para los romanos, acuerdo, unión de corazones, conformidad, aceptación afectuosa, armonía. Pero ya al pasar a los verbos concordar y acordar, creados en latín y presididos por el elemento "cor": corazón, dejamos a éste de lado y se quedan con el escueto significado de coincidencia, lo mismo que ocurrirá con la palabra concordancia. Ahora bien, la concordancia será aquella capacidad que tenemos para hacer vida lo que pensamos y pensar aquello que queremos hacer vida, sin caer en moralismos inhumanos, concordancia será aquella virtud de la honestidad con la propia humanidad en donde la vida en acción presente se ajusta a lo deseado por la mente; de tal modo que no fabriquemos una cuerda que sujete nuestras manos, sino que podamos crear una lealtad entre lo que somos y los que nos gusta ser.

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