confusiones idiomaticas: amor.


En el día a día usamos expresiones tan valiosas que su cotidianidad les ha hecho perder su valor semántico; un ejemplo introductorio y preciso de tal situación sería el uso de la palabra “Dios”, que en el mundo hebreo es impronunciable, en la sociedad hispano parlante es usado con poca delicadeza: “te lo juro por dios” frase con la cual se han sustentado muchas mentiras, “dioooossss” para indicar hasta los gustos más libidinosos.
Nos ocupa una frase que aun hoy en día posee gran significación aun cuando los idiomas modernos se estén inflando de palabras sinónimas, y que los “usos y costumbres” estén consolidando extraños significados a las mismas.
Amor, love, amour, ágape y caritas, por solo citar este grupo de idiomas (español, inglés, francés, griego y latín) nos dan una grandiosa clave semántica de la palabra que designa a “esa magnifica energía que se mueve entre nosotros”(Chardin, Teilhard, sobre el amor y la felicidad, ediciones PPC).
Solemos decir: “te quiero”, “hacer el amor”, “tiene mal de amores”…. La palabra amor se repite en casi todas las canciones que escuchamos en la radio o de nuestros artistas favoritos, su voz en el buscador google tiene millones de coincidencias; parece que todo el mundo hablara del amor, y lo paradójico es que el mundo sigue igual, no cambia, y en caso de novedad la tendencia es que sea algo negativo.
También solemos agrupar o hacer de ella un mismo sentido, con palabras como: afecto, sexo, sentimiento; éstas desglosan la palabra AMOR en particularidades, que son entendidas como un sentido general. Así tenemos que las expresiones tales como: “te quiero” indicará siempre una afección por alguien; “hacer el amor” se refiere a la actividad genital entre hombre-mujer; “mal de amores” revela la cara de lo sentido por una persona cuando no es retribuido su donación sentimental, un total desastre.
Principalmente el AMOR envuelve todo lo sensual, lo anímico, lo espiritual y lo sobrenatural, tal como lo expresa Tomás de Aquino (sentencias de Pedro Lombardo: 3,d.27), lo que indica una realidad superior contenida en estas 4 letras.
La realidad superior puede ser entendida a las luz de la Biblia, en donde la misma entiende al amor como a Dios mismo, tal como lo indica el evangelista Juan: “Dios es amor” (1Jn 4, 8)
La dimensión más concreta y poco entendida de ver a Dios, es la dimensión del amor, si Dios es amor, su presencia es total: abarca desde un movimiento hasta lo expresado en el lenguaje, desde una caricia hasta un sentimiento, desde todo en todos.
Amor debe ser entendido como un vestigio sagrado en nuestro idioma, como la expresión de la totalidad de las cosas concretamente en 4 letras. El amor resume la existencia humana, se es humano porque se ama.
Amor es la gran fuente de donde se derivan una gran cantidad de nociones particulares que sólo tienen sentido si están en conexión con su fuente, si no, se desperdigan y vagan sin el más mínimo criterio de razonabilidad.

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