Enséñanos a orar

Muchas personas se hacen siempre esa pregunta: ¿cómo orar? y hace tiempo atrás un grupo de hombres le hicieron esa pregunta a Jesús de Nazareth y Jesús Les enseñó, sin embargo pasó el tiempo y lo que fue una lección magistral de elevación de la mente a Dios lo convirtieron con el tiempo en una fórmula de rezo obligado, a tal punto que un niño una vez se asustó de escuchar rezar a su padre al oírlo decir: .... y líbranos del malamén! Es necesario recuperar una forma de oración propia de nuestras necesidades de "sentir" de "creer". Existe un método muy eficaz para sentir y creer, no proviene de las altas cumbres del saber o de la mística aplicada, se trata de un gesto sencillo: abrazar! Abraza a tu familia en la madrugada cuando el deber te despierte, abraza a tus hijos, abraza a tu esposa, abraza a tus padres, a tus hermanos, a tu acompañante, abraza y encomienda a Jesús tu día desde la fuerza del abrazo. El abrazo nos acerca, nos llena de fuerzas, nos brinda la fuerza que se pide en la oración para ser mejores, el abrazo brinda la bendición de la cercanía y la certeza del amor que proviene de Dios y es entregado en nuestro hogar. El método es muy sencillo, simplemente abraza, puedes pensar en un versículo de la Biblia, o piensa en que de tu interior brota todo el amor que quieres dejar en tu hogar para que sean resguardados a lo largo del día.

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