la mejor decisión
Muchas veces hemos de elegir el mejor camino a seguir, pero siempre hay una “mejor decisión” que marca el transcurso de todas las demás. Se trata de aquel momento cumbre en donde los miedos llegaron pero fueron vencidos por la fuerza del amor, y por el riesgo que tomó Dios al darnos semejante impulso. La mejor decisión fue cuando optaste por Dios en la multitud de facetas en donde Él te ha permitido amarle, y donde tus fuerzas se vieron elevadas por el riesgo que tuvo Dios al creer en ti, no se trató de la creencia o no en ti mismo, sino que Dios se arriesgó primero en creer en ti y en saber que lo encomendado lo llevarás a feliz termino. De diferentes maneras se puede olvidar la “mejor decisión” posiblemente llevada a una esquina de tu espacio vital por los agites del día a día, o por el avistamiento de nuevos hallazgos que provocaron con su fulgor opacar momentáneamente el valor tu mejor tesoro, de tu gran decisión. Supongamos que se te olvidó, pero la gran decisión se imprime en el